Según National Geographic, la forma en la que los animales reaccionan ante la música – depende de lo que entendemos por música– , explica Charles Snowdon, psicólogo estadounidense que estudia el comportamiento animal. La música humana, la pensada para nuestros oídos, tiene –efectos positivos en perros, elefantes y chimpancés, y negativos o inexistentes en gibones, babuinos, caballos y corderos-. El experto ha descubierto que la mejor manera de estudiar el efecto de la música en animales es crear una específica para cada especie.
Algunos experimentos
En 1909 The New York Times , publicó un artículo titulado “Los efectos de la música sobre Animales del Zoológico“, en el que se hablaba sobre los efectos de la música en todo tipo de especies del Zoológico del Bronx, donde se formulaba la pregunta ¿Los animales podrán apreciar la música?. En el experimento se notó que los orangutanes respondían con un claro agrado a las piezas de Caruso y que además eran capaces de mover su cuerpo siguiendo los compases al ritmo de un swing.
En otros animales como en camellos, también parecía haber una sensación de agrado, los animales estiraban el cuello y se acercaban a la fuente del sonido. Por otro lado los caninos como coyotes y lobos se mostraban asustados e intranquilos.
En tanto Charles Snowdon y Megan Savage visitarón 47 hogares con gatos domésticos, a los que les pusieron cuatro muestras musicales: cos cortes de música clásica y dos de música para gatos. Los gatitos respondieron más positivamente a estas últimas acercándose o frotándose con los altavoces antes que cuando sonaron los cortes clásicos.
El equipo de Snowdon ya había realizado experimentos anteriores probando música para monos con los llamados tamarinos de cabeza blanca, naturales de America del Sur. El equipo descubrió que estos animales ignoraban la música normal, pero quisieron descubrir si había algún tipo que pudiera gustarles.
Descubrieron que las vocalizaciones de estos monos son tres octavas más altas que las del hombre o la música, explica Snowdon, así que decidierón llamar a Teie para que compusiera melodías inspiradas en los sonidos de tamarinos. Durante los experimentos, los animales se mostraron desconcertados ante la música humana y en cuanto a la compuesta especialmente para ellos, mostraron síntomas de ansiedad ante los sonidos más agitados y ante los más contenidos comían más y se quedaban quietos, ambos signos de calma y tranquilidad.
Aquí les dejo un video con algunos sonidos que producen los monos ‘congo’ originarios de Costa Rica, en lo personal creo que sería difícil tratar de encontrar música que les agrade a este tipo de monos.