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Mitos sobre la Música Clásica: Parte 1

Bienvenidos a esta serie de los mitos más comunes sobre la música clásica. A lo largo de los años mucho se ha dicho sobre el género musical clásico y poco se ha cuestionado. Si bien hay razones por las que tenemos ciertas opiniones sobre este género, ya sean positivas o negativas, esta es una buena oportunidad para hacer la diferencia. Veamos cuáles son algunas de estas opiniones y comprobemos ¿qué tanto es mito y que tanto es realidad?

Mito Número Uno: La música clásica es aburrida

Solemos quejarnos de que la música clásica es demasiado tranquila y puede llegar a aburrirnos e incluso a dormirnos, pero consideremos esto: la música que llamamos clásica no es en realidad toda clásica. Muchas veces identificamos la música de orquesta, violín o piano como clásica, pero esta no es la idea completa.

En realidad, existen muchos más estilos que no son clásicos y forman parte de una amplia gama de géneros y estilos musicales ricos y variados en emoción y textura.

Ahondemos en esto. Para organizar el extenso matiz de música surgida en Europa a lo largo de los siglos, muchos académicos en el siglo XX, sobre todo de Alemania (Webster, 2004, p. 50) optaron por ver la música en contexto. ¿Qué quiere decir esto? Que observaron la música no como una creación inspirada o divina, pero como algo profundamente ligado al contexto histórico de dónde venía.

Esto los llevó a dividir la historia de la música europea en periodos de tiempo articulados por un balance entre momentos económicos, sociales y políticos y estilos musicales, ambos de carácter inflexivo.

¿Cuáles son estos periodos? Si bien la música data de los inicios de la civilización humana, aquí solo mencionaremos los periodos más comunes: el Barroco (1600-1745), el Clásico (1700-1815), el Romántico (1800-1910), y el Moderno-Contemporáneo (1900-presente).

Como vemos, la música que llamamos clásica es en realidad solo un estilo musical de varios que, de la misma manera, tienen su propio estilo y contexto. Cada uno abarca música muy variada de épocas históricas diferentes. Dentro de esta amplia gama hay una diversidad inmensa de emociones y texturas. Existe desde lo más tranquilo hasta lo más enérgico, lo más feliz hasta lo más triste, lo más delicado hasta lo más grotesco. Todo, menos aburrido.

Escuchemos pues algunos de estos estilos. Veamos que cada uno tiene su propio sello y expresa con plenitud la diversa gama de emociones que ofrece.

¡Disfruta! Para una escucha de calidad se recomiendan audífonos.

Barroco

Del compositor alemán J.S. Bach (1685-1750): Aire de la “Suite No. 3” para orquesta
Algo tranquilo y pacífico. Lleno de serenidad y contemplo religioso.

Del compositor italiano A. Vivaldi (1678-1741): Concierto No. 2 “verano” – presto, de “Las Estaciones”.
Algo enérgico y ardiente, caliente como el verano.

Clásico

Del compositor austriaco W.A. Mozart (1756-1791): Serenata Nocturna o Eine kleine Nachtmusik
Algo feliz y humoroso.

Del compositor austriaco J. Haydn (1732-1809): Sinfonia No. 45 “Los Adioses
Algo triste y trágico. Lo que en alemán se conoce como Sturm und Drang.

Romántico

Del compositor húngaro Franz Liszt (1811-1886): Mephisto Waltz No. 1
Algo apasionado y desenfrenado. Con una pisca de rock.

• Del compositor ruso P.I. Tchaikovski (1840-1893): Valse sentimentale
Algo sentimental y patético.

Moderno-Contemporáneo

Del compositor japonés Takashi Yoshimatsu (1953):  Concierto para piano Memo Flora
Algo mágico y zen. Como en un jardín japonés, con fuentes de bambú y pájaros cantores.

• Del compositor húngaro B. Bartók (1881-1945): Cuarteto No. 2
Algo grotesco y disonante, con una pizca de heavy metal.

Bibliografía
James Webster (2004). “The Eighteenth Century as a Musichistorical Period?” in Eighteenth Century Music, Vol. 1, pp 47-60.

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