La historia nos ha brindado una gran cantidad de compositores notables de la música clásica. Nos resulta casi imposible estudiarlos a todos y mucho menos evaluarlos y compararlos. Por esto, aquí solo menciono cinco de los compositores más reconocidos, compositores de música.
Ígor Fiódorovich Stravinsky (1882-1971)
Compositor y director de orquesta ruso, fue uno de los músicos más importantes y trascendentes del siglo XX. Tuvo una larga vida, murió cuando iba a cumplir 89 años, lo que le permitió conocer una gran variedad de corrientes musicales.
Algunos lo tildaban de músico del porvenir.
Es algo absurdo. No vivo en el pasado ni en el futuro, estoy en el presente.
Stravinsky es conocido mundialmente por tres obras de uno de sus períodos iniciales: el llamado período ruso, o según algunos expertos del señor Stravinsky, las 3 más maravillosas de Stravinsky. Estas obras fueron: El pájaro de fuego (1910), Perushka (1911) y La consagración de la primavera (1913).
Claudio Monteverdi (1567-1643)
Compositor, gambista (gamba, es un instrumento musical) y cantante italiano. Es la figura más importante en la transición de la música del Renacimiento y del Barroco. Monteverdi inicio sus estudios de música con Marco Antonio Ingegnieri, maestro de capilla de la Catedral de Cremona, y a los maravillosos 15 años publicó sus primeras obras.
Nació en Cremona, en una familia humilde, hijo de un barbero que ejercía la medicina de manera ilegal. Monteverdi era un genio que tuvo una gran influencia en el curso de la historia musical. Un producto de su edad pero no limitado por ella, Monteverdi era un hombre de visión, un verdadero principal en todo el sentido de la palabra. Su mando de expresión emocional fue excepcional, sus contrastes turbulentos de luz y sombra, y la intensidad melodramática de su expresión prueban que él era poseedor de más imaginación que cualquiera de sus contemporáneos del Florentino, los modernistas de sus días.
Aquí tenemos un ejemplo de por qué el compositor fue llamado armónicamente audaz en sus días; la hondura del sentimiento es bien marcada por armonías picantes.
a) El silencio reina sobre el cielo y la tierra,
El viento está aún, las bestias y los pájaros duermen,
El carro estrellado de la noche gira en lo alto,
Y el mar durmiente está sin una onda.
Yo vigilo, yo pienso, yo amo, yo lloro, y ella a quien quiero
Mi pesar siempre está conmigo.
Yo combato mi estado, lleno de ansia,
Sólo en ella mis pensamientos encuentran paz.
b) ¡Dejadme morir!
Porque ¿quién puede confortarme
En tal desventura
En tal gran martirio?
¡Dejadme morir!
– Monteverdi
Como ven, el hombre fue un verdadero genio y esto es probado por el poder viviente de su música hoy en día, su alcance emocional y su espíritu añejo.
Franz Schubert (1797-1828)
Sin duda alguna uno de los más grandes compositores de la música clásica. La descripción tradicional de Shubert de bonachón e ingenuo ocultó su verdadera y compleja personalidad de este genio de la música de carácter inestable, fumador empedernido de tabaco y de opio; sujeto a explosiones de cólera bajo la influencia del alcohol, desaseado personalmente y dado a un libertinaje sexual que lo impulsó hacia el hedonismo sin freno y lo rebajó, en palabras de uno de sus amigos, “hasta el lodo de la degradación moral”.
Shubert fue uno de los principales músicos austríacos que vivió a comienzos del siglo XIX; vivió 31 años, tiempo durante el cual consiguió componer una obra musical excelente, en especial en la última etapa de su vida, en la cual estaba ya tremendamente enfermo. Durante su niñez y adolescencia, Shubert había mostrado una excelente salud, sin embargo, la promiscuidad sexual propició el contagio con sífilis, enfermedad que trastornó su vida a partir de los 26 años.
Los síntomas de la sífilis fueron tan evidentes que los médicos no dudaron ni del diagnóstico ni de la gravedad del padecimiento. Tuvo pérdida de pelo y esto le obligó a usar peluca por un tiempo.
Hay mucho que analizar de la vida de Schubert, sobre todo de su personalidad y de cómo su obra refleja en ocasiones inocencia, encanto, jovialidad y buen humor entre otras como resignación, severidad, melancolía e incluso desesperación.
Georg Friedrich Händel (1685-1759)
Compositor alemán, posteriormente nacionalizado inglés, considerado una de las figuras cumbre de la música del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal. En la historia de la música, es el primer compositor moderno en haber adaptado y enfocado su música en satisfacer los gustos y necesidades del público en vez de los de la nobleza y de los mecenas, como era habitual.
Desde muy temprana edad, Händel deseaba editar su música, mas su padre se opuso, dudaba de que la música sería una fuente de ingresos realista. Su madre era de apoyo y lo ayudó a desarrollar su talento musical. Con su colaboración, Händel practicó a escondidas.
Händel compuso cantatas de iglesia y de música de cámara que, siendo escritas para un público reducido, no llegaron a prestarle mucha atención y desde ese entonces se han perdido en el tiempo.
Pese a su dedicación a la música del Barroco, su padre insistió en que estudiara derecho en la Universidad de Encuentre, pero como era de esperarse, no continuó inscrito mucho tiempo. Su pasión por la música no podría ser suprimida.
En la primavera de 1737, Händel sufrió un derrame cerebral que alteraría su movimiento de mano derecha. Después de solo seis semanas de recuperación, Händel fue dado de alta y se recuperó por completo.
El 14 de abril de 1759, George Händel murió en la cama de su casa alquilada en 25 Brook Street, en el distrito de Mayfair, a los 74 años de edad.
Richard Wagner (1813-1883)
Compositor, director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical alemán del Romanticismo. Destacan principalmente sus óperas en las que, a diferencia de otros compositores, asumió también el libreto y la escenografía.
William Richard Wagner nació el 22 de Mayo de 1813 siendo el noveno de los hijos de Carl Friedrich Wagner, un modesto funcionario de policía que murio de tifus seis meses después del nacimiento de Richard, y de Johanna Rosine, hija de un panadero. Tras el trágico fallecimiento de su padre, su madre comenzó a vivir con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer, que había sido amigo de su difunto marido. En 1814, Johanna Rosine se casó con Geyer y se trasladó con su familia a su residencia de Dresde.
La pasión de Geyer hacia el teatro fue compartida por su hijastro, que empezó a tomar parte en las actuaciones. A finales de 1820, Wagner fue inscrito en la escuela Wetzel de Possendorf, cerca de Dresde, donde recibió algunas lecciones de piano de su profesor de latín. No era capaz de realizar una escala correcta pero prefería interpretar oberturas teatrales de oído. Geyer murió en 1821, cuando Richard tenía ocho años.
En 1827, cuando Richard Wagner tenía 14 años, quedó impactado al escuchar por primera vez las sinfonías y las oberturas Fidelio y Egmont, de Beethoven, interpretadas por la orquesta de la Gewandhaus, sobre todo con las oberturas y la Séptima sinfonía, convirtiéndose así en un fan incondicional del genio.
A los 18 años, Wagner se matriculó como alumno de música en la Universidad de Leipzig, donde tenía acceso al Club Sajonia. Pronto comenzó a ser un cliente habitual en algunas salas de juego, en las que gastó el poco dinero que tenía.
A los 21 años, Wagner consigue un empleo como director de la orquesta del Teatro de la Ópera de Magdeburgo, para la que dirigía óperas de Rossini, Cherubini, Weber y Beethoven.
A Wagner le gustaba toda clase de lujos y no precisamente de los económicos, además le sacaban de quicio los ruidos y olores, digamos, “vulgares”. Wagner pasó más de la mitad de su vida huyendo de acreedores.
Aunque la música de Wagner no fue tan reconocida durante su vida, la obra de Wagner aceleró intensamente el cambio en la música e influyó en compositores como Bruckner, Mahler, Richard Strauss y Shôengerg.
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