Seguimos con la segunda parte de esta serie de mitos más comunes sobre la música clásica. La semana pasada vimos cómo la música “clásica” en realidad abarca más estilos que el clásico, como el romántico o el barroco. Expusimos con ejemplos como todas estas formas de expresión, lejos de ser aburridas, forman parte del amplio abanico de emociones humanas a través de la historia.
El mito de esta semana también tiene que ver con las opiniones a priori o preconcebidas. Comencemos entonces.
Mito Número Dos: La música clásica no es para todos
¿Cuántas veces nos hemos topado con este dicho?:
“La música clásica no es para cualquiera”
Las excusas más comunes que van acompañados de este dicho incluyen: “La música clásica es muy difícil de entender. Es muy compleja. Es muy larga. Hay que ser un estudioso para comprenderla.”
Pero ¿es cierto esto? Primero, entendamos que, a pesar de la inocencia (y el aparente cumplido) de estas opiniones, todas estas excusas nos forman un obstáculo a la hora de adentrarnos en la música clásica, ya sea cuando vamos a un concierto o escuchamos una grabación. Y es que, cuando pensamos o decimos estas excusas, nos quitamos a nosotros mismos las ganas y la oportunidad de poder disfrutar este género a al máximo (una oportunidad que tarde o temprano podríamos arrepentirnos de no haber aprovechado).
Para empezar a alejarnos de este mito, hay algo que debe quedar claro:
No necesitamos entender la música “clásica” (o cualquier otra) para disfrutarla. ¡No!
Basta solo con tener oídos receptivos y deseosos de disfrutar la música. Una vez que lo disfrutamos y nos enamoramos de ella, nace el deseo de entenderla, y es entonces cuando empezamos a cuestionarnos qué significa, cómo funciona, quién la compuso y por qué.
No importa que tan compleja sea, si tenemos oídos receptivos acompañados de un corazón abierto a las emociones que ofrece la música (como un buen compañero o compañera dispuesto a escuchar lo que su prójimo tiene que decirle) el disfrute y el entendimiento son posibles.
“La música clásica es como el chile, al principio te pica, pero una vez que te acostumbras, quieres más y más.” (Ramón Garza Wilmot)
Eso sí, cuando investigamos y sabemos cosas que antes no sabíamos de la pieza o canción que nos gusta, el entendimiento y el disfrute son mayores, porque la mejor música es aquella que llega tanto al corazón como al cerebro. Pero, independientemente de eso, todos los seres humanos tenemos la capacidad de disfrutar y entender la música. Todos. Sin importar que tan simple o tan compleja, que tan corta o que tan larga, ella es inherente del ser humano.
Escuchemos un par de conciertos para piano. Uno es del compositor francés Maurice Ravel y otro es del compositor ucraniano Nikolai Kapustin. El último nació cuando el primero murió, en 1937.
¡Comenta! ¿Cuál fue tu favorito y por qué? ¿Crees que ambos conciertos tengan algo en común? Aquí una pista: un estilo en común, muy popular en EUA en los 20s y 30s.
Hola Emilio, muy interesante lo que nos compartes ahora yo me preguntaría también ¿la ópera es para todos? la verdad que yo he intentado, pero siempre termino dormida, sin encambio he aprendido a apreciar la música clásica, que si bien la ópera se acompaña de ella, no es lo mismo, me gustaría saber que piensas al respecto, saludos.
Hola Sandy, gracias por tu comentario. Esa es una buena pregunta para dedicar un artículo aparte, trataré de incluirla dentro de la serie de “mitos sobre la música clásica” en las próximas semanas. Te propongo un tip breve y rápido mientras lo elaboro. El problema con la ópera es que es histórica. Verás. Si nosotros que tenemos un determinado contexto histórico y cultural, observamos una ópera del siglo 18 o 19, que tiene otro determinado contexto histórico y cultural, tendremos una tendencia a interpretarla en nuestros propios términos, naturalmente. Nosotros vivimos y somos parte de otra época y otra cultura, es normal que no entendamos (y por ende el aburrimiento) algo que fue concebido para personas de otra época y otra cultura. Por eso digo que el problema con la ópera es que es histórica. Entonces para entender mejor la ópera hay que tener dos cosas: 1) una noción básica del argumento o la trama de la ópera que estemos viendo y 2) comprensión del contexto histórico donde fue concebida (país, fecha, nacionalidad del compositor y lo más importante, cómo pensaba la gente en esa época y lugar). Ese es mi tip. ¡Sé que es mucho trabajo! Pero una vez que entendemos estas dos cosas, la ópera la vemos con distintos ojos y una perspectiva diferente a la que teníamos. ¡Saludos! y gracias por tu pregunta.